De camino al autobús, Oxford nos despide como nos recibió, con una fina lluvia que nos certifica que seguimos en Inglaterra. Nuestras familias de acogida están acostumbradas a estas despedidas, pero nosotros no y queremos aprovechar hasta el último momento para hacernos fotos con ellos y agregarles en las redes sociales.
Llegamos al aeropuerto y comemos, como cada fin de semana, como una gran familia, compartiendo lo que cada uno ha traído e intercambiando lo que a unos no les gusta por lo que otros sí disfrutan. Después, nos damos los regalos del “amigo invisible”: un detallito para cada uno que ayudará a recordar más vivamente esta experiencia. Los chicos nos dan una sorpresa y también tienen un detalle con nosotros, acompañando el regalo con una emotiva tarjeta… ¡Gracias mochiverdes, sois los mejores!
Y de repente, se nos echa encima el momento de la despedida… entre lágrimas, palabras bonitas y profundos abrazos. Han sido sólo tres semanas, pero han sido intensas, llenas de grandes momentos, en las que se han forjado bonitas amistades y en las que hemos vivido experiencias que nos han hecho crecer y aprender. Ahora toca separarse: el vuelo hacia Alicante sale de una terminal y, el de León, de otra. Entre ambas, la promesa de mantener el contacto y volver a vernos.
Subimos al avión. Físicamente somos la mitad, pero en nuestras conversaciones seguimos los 26 juntos: Oxford, ULE y TLB, una combinación que ya no olvidaremos.
Gracias por haber sido un grupo tan magnífico, por vuestras risas y por vuestra ilusión.
El año que viene más y mejor.
Un fuerte abrazo de Santos y Dolly, os llevamos en el corazón.